La joven de 24 años tuvo que tomar una de las decisiones más difíciles de
su vida, mantener el embarazo pese a sufrir de cáncer de hueso, decidiendo
continuar con su embarazo dejando correr el cáncer en su cuerpo sin parar por
las terribles consecuencias que esto le traerían para ella.
“Imposible que yo pueda matar a un bebé sano porque yo esté enferma”,
fueron las palabras rotundas de Ashley, las cuales se convirtieron en un
estandarte para ella y su causa.
Cuando tenía 8 meses de embarazo,
se le informó que el embarazo iba muy bien, pero que por otra parte, el haber retrasado el tratamiento para combatir
el cáncer, había hecho que este se esparciera por su cuerpo, considerándolo ahora
un cáncer terminal.
“La idea de que no la veré
crecer, es realmente dura”, declaró la ahora madre de la pequeña, pero que también es madre de un niño de 6 años de un
matrimonio anterior. “Si tú mueres, yo quiero irme contigo.” Fueron las
palabras que le dijo su hijo de 6 años cuando se enteró de la terrible
situación de su madre.
Ashley ha contado todo el tiempo
con el apoyo de sus amigos y familiares, quienes la visitan ahora en su casa de
Wildomar, en Los Angeles, en los Estados Unidos. Como siempre, en casos de cáncer no se sabe que esperar,
aunque ellos sin duda esperan un milagro, esperemos que este se dé y que viva
para ver crecer a su dos hijos.