Se trata de Jennifer Cramblett y Amanda Zinkon las cuales son una pareja de
Uniontown, un pequeño condado de Ohio, en los Estados Unidos, quienes
acudieron al banco de esperma Midwest, pagando 2,400 dólares por el tratamiento
de inseminación, en el cual exigieron que el donante fuera de raza blanca, ya
que ellas dos lo son, y fuera de preferencias raciales, era lo mejor para
futuro hijo.
El asunto es que cuando su hija, Pyton nació, pudieron darse
cuenta del pequeño detalle de que era de raza negra, y ni ellas ni nadie en
su familia lo es, por lo que su vida podría resultarle complicada a la pequeña
debido a este detalle, además que en su comunidad solo admiten personas
blancas. Eso ultimo si es un poco racista.
Ahora la niña tiene dos años,
Jennifer, una de sus madres, ha entablado una demanda en contra del banco de
semen, al que acusan de haber mezclado semen de diferentes hombres, siendo
estos de diferentes razas, lo cual es inconcebible. El banco originalmente había enviado 6 tubos con semen, cada uno con
precio de 400 dólares, los cuales el banco ha aceptado a regresar íntegramente.
Evidentemente la demanda va más
allá, ya que aunque la pareja está feliz con su hija, y no está en sus planes
deshacerse de ella de ninguna forma y nunca les ha pasado por la cabeza una
cosa como esta, el daño y los
inconvenientes que les ha causado esta situación son muy grandes y es por esto
que piden una indemnización.
La comunidad en la que viven, por lo contrario, son abiertamente
racistas, de nombre Cook, incluso reconoce que "sus conocimientos
culturales de la comunidad afroamericana son limitados". Los litigios
apenas han comenzados por lo que habrá que esperar por la resolución.